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Por cierto, busque muebles regulables. Esto te permitirá ajustar, por ejemplo, la silla a tus propios parámetros, evitando tensiones en el cuello y la espalda.
También es importante mantener un microclima confortable en el lugar de trabajo: humedad óptima, frescor y pureza del aire. Puedes colocar, por ejemplo, un humidificador o un purificador de aire.
Aunque tu lugar de trabajo no sea muy confortable en este momento, no debes disgustarte demasiado. Lo principal es no reñirte por el desorden de tu escritorio, sino dar pequeños pasos hacia el resultado deseado.